El embutido del emprendimiento pampeano El Gallego tiene un éxito sorprendente hasta para su dueño.
La morcilla blanca que trajo El Gallego de La Pampa provoca un entusiasmo entre los visitantes de Caminos y Sabores que ni él se imaginaba.
Cristián Gonzalez, titular del emprendimiento, lo explica por «la curiosidad ante lo desconocido». Cree que «el color inusual atrae a la gente. Y una vez probada, la calidad del embutido no deja lugar a dudas: parecido al leberwurst alemán por su textura y al foie gras francés por su sabor, no es ninguno de los dos».
Esta hecho con carne, cuero picado y cachete de cerdo, y con hígado de vaca, pero no tiene sangre al contrario de la morcilla clásica. “Mi abuelo vino de España a Jacinto Aráuz, a 200 km al sur de Santa Rosa, en 1930”, relata Gonzalez.
El emigrante tenía 21 años y un tesoro que su nieto iba a explotar casi un siglo después: la receta de un chorizo casero hoy distribuido en La Pampa y el sur de Buenos Aires, desde Daireaux hasta Bahía Blanca, con la marca “El Gallego”, en homenaje al abuelo. Cristián reformuló la receta. La mejoró y apostó a este fiambre para seducir a los visitantes de Caminos y Sabores.
A fin de cuentas, la morcilla blanca es uno de los furores en esta décima edición de la feria y la relación directa con los consumidores urbanos será tal vez lo más valioso que el fiambrero se llevará de la feria.