Nancy Maciel y su marido crearon una fábrica de bizcochos hace 20 años, cuando él se quedó sin trabajo y el país atravesaba una de las peores crisis de los últimos tiempos. Conocé la historia de la familia detrás de Bizcochos “Pal Mate”.
“Una vecina me preguntó ‘¿Querés que te enseñe a hacer bizcochitos?’ Bueno, le dije, dale, enseñame. Y, bueno, le fuimos sacando, le fuimos poniendo hasta que quedó este sabor que le gusta a todo el mundo”, cuenta Nancy en su stand de la expo gastronómica Caminos y Sabores, que se lleva a cabo hasta el domingo 9 de julio en La Rural, Buenos Aires.
Mientras su hija Nerina entrega algunos paquetes a las personas que se acercan a comprar, Nancy nos cuenta que son oriundas de la localidad bonaerense de Villa Ramallo y que comenzaron con el emprendimiento en 1999. “Empezamos con una máquina de hacer fideos. Hacíamos 3 kilos de harina cada dos días, ahora hacemos 400 kilos de harina todas las semanas”, recuerda orgullosa.
Bizcochos “Pal Mate” (nombre que, sin duda, convoca a todos los argentinos) es un emprendimiento principalmente familiar, que se dedica a la venta mayorista. Allí trabaja todo el grupo familiar: Nancy, su marido y sus 3 hijos. Además, “las que están empleadas son mis amigas”, confiesa Nancy y sonríe, porque le enorgullece que el emprendimiento sea familiar, en el más amplio sentido de la palabra. “Obviamente que cuando tenés que poner los puntos también los ponés, no hay problema. Pero lo lindo es estar, ir, dar la vueltita. Y además, una fábrica es un relojito, todo tiene que salir así, al pie del cañón y tiene que salir bien”, agrega.
Dos años antes de la crisis del 2001, el marido de Nancy se quedó sin trabajo. Fue en ese momento que la vecina le ofreció a ella enseñarle a hacer bizcochitos, quizás pensando que sería una opción al paso, pero con el tiempo se dieron cuenta de que se perfilaba como una alternativa con proyección. “Empecé a hacer los bizcochos con una máquina Pastalinda, hasta que pudimos comprar un horno rotativo chiquito y luego de un año pudimos comprar la primera máquina”, rememora.
Este cambio de rumbo les permitió pensar seriamente en el futuro de sus hijos, piezas clave en el armado del emprendimiento: “Creo que la herencia que le podemos llegar a dejar a nuestros hijos es el laburo. Nosotros trabajamos para que ellos sigan, le damos la posta a ellos y que sigan”.
Actualmente, bizcochos “Pal Mate” tiene una producción mensual de 36.000 paquetes, proveen a la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, con proyección de continuar expandiéndose y diversificar el producto al multicereal y azucarado.
Por Antonela Schiantarelli