Dos amigos se subieron a la ola de la alimentación sana y desarrollaron Crisppino, unas galletas de arroz que son livianas, con bajas calorías, libres de gluten, pero sobre todo muy ricas. Y tal como lo hicieron el año pasado con éxito, serán parte de la nueva edición de Caminos y Sabores.
Muchas veces funcionan como verdaderos salvavidas cuando el hambre es grande y el tiempo es corto. Y en otras oportunidades es muy difícil resistirse a la tentación de darse un gusto y picotear por puro placer. Pese a estar asociados generalmente a la comida chatarra, los snacks han logrado ocupar un lugar indispensable en la alimentación de las grandes urbes que cada día se hace más rápida. Por eso una propuesta de une lo saludable con el sabor es prácticamente imbatible. Y esa es la fórmula que llevará Crisppino a la nueva edición de Caminos y Sabores.
Se trata de unas galletitas de arroz crocante que serán una de las grandes atracciones de la feria que tendrá lugar del 6 al 9 de julio en La Rural. “Es el primer snack saludable que llega a ser tan rico como cualquier otro tipo de productos del estilo, como un chizito por ejemplo. Pero contiene muchas menos grasas, es bajo en calorías y está elaborado con harina de arroz que es mucho más sana y libre de gluten”, afirma Oliver Lehmann, quien junto a su amigo Juan Greco diseñaron por años este proyecto que hoy es una realidad promisoria en un mercado donde la buena alimentación es tendencia.
Ambos contaban con una amplia experiencia en la industria alimenticia antes de encarar este emprendimiento. La idea había surgido alrededor de diez años atrás, cuando se conocieron trabajando en la empresa Kraft. Y mientras la carrera profesional los iba llevando por distintas compañías de consumo masivo, ellos nunca perdieron el horizonte de su proyecto, que los volvió a reencontrar en el 2015 cuando lanzaron Crisppino. “En su momento había sido pensado como un hobby, pero cuando tuvimos el producto en la mano y empezamos a ver un poco la buena repercusión, nos dimos cuenta que teníamos que enfocarnos 100%”, explica Lehmann.
Con un esquema híbrido, en el que son propietarios de las máquinas y la tecnología pero tercerizan la producción, los socios se lanzaron inicialmente a comercializar el producto en las dietéticas. Pero de a poco, y a pesar de ser nuevos en el mercado, se fueron expandiendo más allá del nicho de la población celíaca hasta alcanzar canales de consumo masivo como Walmart, Disco, Vea, Jumbo, Shell, Petrobras o Farmacity. Y ahora van por más: “Nuestra lucha es poder demostrar que el producto puede salir del sector libre de gluten y exhibirse en la góndola de snacks generales. Ahí, con las grandes marcas, la competencia va a ser mucho más dura”, apunta el empresario.
Pero la tendencia general por el consumo de productos saludables parece haber llegado para quedarse y esa es la gran base sobre la que Crisppino asienta sus cimientos. “Hay mucha gente que no es celíaca pero que opta por seguir este tipo de dietas porque los hace sentir mejor”, asegura el otro socio del emprendimiento, Juan Greco. “En ese sentido, creo que nosotros desarrollamos un muy buen producto, con una combinación ideal entre ingredientes y procesos. Y hoy mismo, con la enorme cantidad de alternativas de este estilo que salen al mercado, sentimos que estamos un paso adelante de la competencia”, agrega.
Crisppino forma parte de una nueva generación de productos de arroz que han copado el mercado en virtud de las ventajas y beneficios que ofrecen: poseen menor contenido graso y son mucho más fáciles de digerir, con lo que se puede consumir mayores cantidades con menores consecuencias. En el caso particular de Crisppino, las tostadas contienen muy bajas calorías (menos de 100kcal cada 33 galletitas) y se destacan por ser muy crocantes. “Los sabores jamón y queso son los más consumidos, pero el ciboullete no se queda atrás”, confiesa Lehman.
Todos los gustos de Crisppino, más alguna sorpresa y novedad que están preparando para la feria, estarán presentes en la próxima edición de Caminos y Sabores, que ofrece una oportunidad única para que el productor pueda establecer un diálogo directo con los consumidores. “El año pasado pudimos tomar contacto directo en nuestro stand con alrededor de 20 mil personas”, comenta orgulloso Greco. Los socios tuvieron la posibilidad de establecer un ida y vuelta de primer mano con los visitantes. Y el público pudo conocer y degustar las virtudes de Crisppino: “Y una vez que lo prueban, les encanta y lo compran”, resume.