Esta empresa familiar de Rufino, Santa Fe, propone un Provolone y un Sardo artesanales para usos múltiples y a buen precio.
Presentado en mini y hasta extra grandes provoletas (hormas de 5 kg), el queso Provolone de la empresa láctea Nonna Pía es levemente picante y al tan sólo orearlo se puede cocinar a la parrilla, con carne. En cambio, su Sardo es bastante suave para este tipo de queso duro y multipropósito: fresco sirve para gratinar comidas; semi-estacionado es ideal para picadas; y estacionado es para rallar.
La empresa se originó en Morrison, en Córdoba, y luego se trasladó a Rufino, en Santa Fe, una importante cuenca lechera del país. La leche que procesa proviene de los tambos de la zona, todo el año, permitiéndole abastecer con regularidad unas 300 parrillas y restaurantes, así como supermercados, almacenes y autoservicios de Santa Fe y también de la ciudad de Buenos Aires.
Será su primera participación a Caminos y Sabores. “Entendemos que la feria es muy exitosa y queremos aprovechar la oportunidad para mostrar nuestra marca”, destaca José María Carrasco, el encargado comercial de Nonna Pía. La empresa creció mucho en ventas sin dejar de ser una empresa familiar, asegura. Sus dueños, Enrique y Marta, están apoyados por sus hijos, Federico y Matías, quienes buscan la mejor adecuación entre calidad y precio. No hay empresa sin clientes, por eso conservamos los nuestros con productos de calidad y también un servicio de calidad”, insiste José María Carrasco.